sábado, febrero 10, 2018

El próximo 12 de febrero se inicia el nuevo modelo de aseo en Bogotá

Nota tomada del sitio www.eltiempo.com

A partir de mayo los bogotanos tendrán una rebaja en la tarifa del aseo del 10 por ciento, en promedio, gracias a la licitación de aseo adjudicada en la noche del miércóles  a cinco operadores que tendrán a su cargo el servicio durante los próximos ocho años.

Después de diez años de prórrogas sucesivas de contratos sin licitación y tras la incertidumbre que se generó en el 2012 cuando el entonces alcalde Gustavo Petro impuso un modelo de aseo por decreto, el miércoles se adjudicó la operación del servicio en las cinco Áreas de Servicio Exclusivo (ASE) en que fue dividida la ciudad.

Entre 18 proponentes, las cinco ganadoras fueron Promesa de Sociedad Futura Promoambiental SAS ESP, Limpieza Metropolitana S.A. ESP, Ciudad Limpia S.A. ESP, Promesa de E.S.P. Futura Bogotá Limpia S.A.S y Promesa de Sociedad Futura Área Limpia S.A.S. E.S.P.

Gracias a las condiciones de la licitación, por primera vez en la historia de Bogotá, las zonas rurales tendrán cobertura del aseo en las mismas condiciones que el resto de la ciudad y se contará con vehículos nuevos y amables con el medioambiente. Uno de los aspectos novedosos de la licitación es que la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) incluyó un ítem denominado ‘obligaciones de hacer’ para que los ganadores entregaran recursos para cubrir necesidades de aseo que no están contempladas en la tarifa, pero se necesitan. Por ese concepto, los cinco ganadores entregarán 174.297 millones de pesos.

El nuevo esquema de aseo de Bogotá entrará en operación el próximo 12 de febrero, y a partir de esta fecha, los operadores contarán con seis meses para la implementación de los nuevos vehículos y ocho meses para la instalación de los contenedores.


Contenerización, la otra novedad

Desde octubre comienza la contenerización. En principio son 1.100 sitios donde se instalarán estos depósitos para los residuos, con el fin de enfrentar los puntos críticos donde se acumula basuras por la indisciplina ciudadana. Se espera llegar a 9.500 en toda la ciudad, la mayoría de ellos para facilitar la ruta de los recicladores.

El objetivo es armonizar la operación de los concesionarios para que se lleven los residuos no aprovechables y luego pasen los recicladores de oficio por sus materiales. Los operadores de las Áreas de Servicio Exclusivo deberán responder con máquinas especializadas por la limpieza integral del sitio y de los contenedores.
Reciclaje será un imperativo
Parte del nuevo modelo de aseo se fundamenta en depositar en bolsas blancas los residuos aprovechables, pero limpios (vidrio, plástico, papel, cartón, tetrapak, metales, textiles, aluminio e icopor), para que sean recogidos exclusivamente por los recicladores. Entre tanto, los no aprovechables, como comida o papel sanitario, se deberán depositar en una bolsa negra.

En la ciudad se recogen a diario, en promedio, 7.400 toneladas de basura de las cuales 6.300 llegan al relleno sanitario de Doña Juana. Solo 1.100 toneladas (15 %) se aprovechan.
Reducción de tarifas por área.
Los ganadores ofrecieron descuentos que oscilan entre 5,5 y 20,38 %. Según la Uaesp, la rebaja promedio será del 10 % y se hará efectiva en la factura de mayo. Los usuarios tendrán, además, un mejor servicio en la recolección, más frecuencias de los camiones y pedagogía sobre el manejo de los residuos.
Cobertura hasta en la zona rural
Los campesinos de Usme, Sumapaz, Usaquén o Ciudad Bolívar, entre otros, tendrán también un servicio moderno de recolección de residuos. Ya no serán volquetas contratadas por alcaldías locales o camiones improvisados, sino que los concesionarios deberán atender a estos usuarios con todas las de la ley. Se estima que serán más de 15.000 beneficiados y se garantiza una cobertura total del 100 %.
Fechas clave para el nuevo modelo
La firma del contrato está para el lunes 29 de enero. El nuevo esquema empieza a operar el lunes 12 de febrero. Ese día deberán tener el personal listo, los camiones (inicialmente no serán nuevos) y las rutas. El 12 de agosto deben estar listos todos los camiones nuevos y amigables con el medioambiente.El 12 de octubre comienza la instalación de todo el sistema de contenedores.
La dolorosa herencia de Aguas de BogotáA la 6:15 p. m., del 5 de septiembre del 2012, el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, como presidente de la junta directiva de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAAB), dejó abierta la llave de la incertidumbre que hoy tiene en vilo a más de 3.200 trabajadores de la filial Aguas de Bogotá (EAB).

Ese día, en el afán de estatizar y concretar una jugada que en su momento fue calificada como ideológica más que técnica, cambió los estatutos de la EAAB. Fue así como esta emblemática empresa de los bogotanos asumió un nuevo servicio: el del aseo. Y para esta la operación utilizó a Aguas de Bogotá. Pese a las advertencias de que lo que allí se estaba cocinando era algo similar a la vieja y cuestionada Empresa Distrital de Servicios Públicos (Edis), ese día el asesor jurídico de la EAB le ratificó al exalcalde que en efecto la junta directiva sí tenía la facultad de ampliar ese objeto social, según el acta 2480.

Pero un fallo del pasado 24 de agosto proferido por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, echó al traste la decisión por considerar que la modificación de la estructura de la EAAB, es decir al sumarle el servicio de aseo, equivalió a la creación de una empresa y por tanto la competencia era del Concejo de Bogotá y no de la junta.

Durante este tiempo, Aguas de Bogotá comenzó a operar con una inyección inicial de 32.642 millones de pesos. Se compraron 261 vehículos y con el paso de los días llegó a asumir la atención de 12 localidades, el 52 por ciento de la ciudad. Para poner en marcha este andamiaje se contrataron más de 3.200 trabajadores para operar los camiones, recoger residuos, barrer calles, la mayoría con un salario mínimo y 80.000 pesos de bonificación.

En medio de toda esta situación, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) impuso una multimillonaria multa al Distrito del orden de los 90.000 millones de pesos por violar el régimen de libre competencia, la cual abrió un boquete en las finanzas de la EAAB, y dejó malparada la operación de Aguas de Bogotá.

Solo entre el 2012 y el 2015 dejó unas pérdidas acumuladas por 10.000 millones de pesos. A hoy entre funcionamiento, operación e inversión van más de 184.000 millones de pesos, según reportes oficiales.

Como si esto fuera poco, Aguas de Bogotá buscó participar en la licitación de aseo que se acaba de adjudicar, pero a pesar de la experiencia y los resultados del último año que reportó utilidades del orden de los 9.300 millones de pesos, pesó más el lastre de las multas, de la incertidumbre por la libre competencia y el limbo jurídico que no le permitió conseguir las pólizas para habilitarse.

Actualmente, se habla de una masacre laboral que se tejió desde aquel 5 de septiembre cuando una decisión que debería ser técnica se tomó bajo la sombrilla de la ideología. Ahora falta esperar que esto no se convierta en un tema político, el mismo que se inventaron los críticos de hoy.





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