Las 10 principales estrategias de manipulación
mediática según Noam Chomsky
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Publicación: 20/09/2010
9:18 pm
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El lingüista estadounidense Noam
Chomsky enumera diez recursos utilizados por los medios para manipular la opinión
pública a favor de diversas agendas corporativas o gubernamentales
El reconocido y
siempre crítico lingüista del MIT, Noam Chomsky, una de las voces más
respetadas y consolidadas de la disidencia intelectual durante la última
década, ha compilado una lista con las diez estrategias más comunes y efectivas
que siguen las agendas “ocultas” para manipular al público a través de los
medios de comunicación.
Históricamente
los medios masivos han probado ser altamente eficientes para moldear la opinión
general. Gracias a la parafernalia mediática y a la propaganda se han creado o
destrozado movimientos sociales, justificado guerras, matizados crisis
financieras, incentivado unas corrientes ideológicas sobre otras e incluso se
da el fenómeno de los medios como productores de realidad dentro de la psique
colectiva.
¿Pero cómo
detectar las estrategias más comunes para entender estas herramientas
psicosociales de las cuales, seguramente, somos partícipes? Por fortuna Chomsky
se ha dado a la tarea de sintetizar y poner en evidencia estas prácticas,
algunas más obvias y otras más sofisticadas, pero aparentemente todas igual de
efectivas y, desde un cierto punto de vista, denigrantes. Incentivar la
estupidez, promover el sentimiento de culpa, fomentar la distracción o construir
problemáticas artificiales para luego, mágicamente, resolverlas, son sólo
algunas de estas tácticas.
1- La estrategia de la distracción.
El elemento
primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste
en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los
cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica
del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones
insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable
para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en el área
de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.
“Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas
sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público
ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja
con los otros animales (cita del texto Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2- Crear problemas, después ofrecer soluciones.
Este método
también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una
“situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que
éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo:
dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana o planear y
ejecutar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de
leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear
una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de
los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
3- La estrategia de la gradualidad.
Para hacer que
se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas,
por años consecutivos. De esa manera condiciones socioeconómicas radicalmente
nuevas (como el neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y
1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en
masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que
hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4- La estrategia de diferir
Otra manera de
hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y
necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una
aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio
inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego,
porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente
que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado.
Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de
aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
La mayoría de
la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes
y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad,
como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental.
Cuanto más se pretenda engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono
infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese
la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad,
tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también
desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de
edad (ver Armas silenciosas para guerras
tranquilas)”.
6- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del
aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el
análisis racional y por ende al sentido crítico de los individuos. Por otra
parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso
al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores,
compulsiones o inducir comportamientos.
7- Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer que el
público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para
su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases
sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que el
nivel de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases
sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases
inferiores” (ver Armas
silenciosas para guerras tranquilas).
8- Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
Promover en el
público la idea de que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.
9- Reforzar la autoculpabilidad.
Hacer creer al
individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de
la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos.
Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se
autoinvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos
efectos es la inhibición de su acción. ¡Y, sin acción, no hay revolución!
10- Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se
conocen.
En el
transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han
generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos
poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la
neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un
conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente.
El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se
conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema
ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el que
los individuos tienen y ejercen sobre sí mismos.
via Gramscimania
Comité de Redacción
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